Se miró en el espejo, no se podía creer que hubiese vuelto a
recaer, ya no se reconocía, la imagen de aquella chica feliz y llena de energía
se la habían llevado las lágrimas.
"Necesitas volver a ser tú" se había repetido
millones de veces. Aunque sabía que ella sola nunca podría salir de aquello.
Limpiando la sangre que había causado aquel nuevo corte
rompió a llorar... Necesitaba ayuda. Estaba cansada de tener que demostrar a
todo el mundo que ya estaba bien cuando en realidad estaba peor que nunca, pero
que podía hacer, si le decía a alguien probablemente le dirían que solo esta
llamando la atención o esta loca, y ella no quería eso, no quería que la
señalaran con el dedo como a una loca y tampoco quería ir a un psicólogo ya que
desde pequeña había desarrollado una aversión hacia ellos. Miró alrededor para
ver si había quedado algún resto de sangre, termino de limpiar y se fue a su
habitación no sabiendo bien que hacer. Con la herida ya curada y vendada pudo
tirarse en su cama y pensar acerca de ello, no podía contarle a su madre ya que
probablemente la mandaría a vivir con su padre otra vez para deshacerse de
ella, no podía contarle a alguna amiga ya que de las pocas que tenía no
confiaba en ellas. Tristemente se dio cuenta de que no tenía a nadie y se largo
a llorar de nuevo.
Abrió su diario y comenzó a escribir:
Sí, he vuelto a recaer de nuevo pero esta vez ha sido una de
las peores. A veces me paro a pensar a quien le importaría si me fuera... No
cuesta tanto ¿verdad? Solamente tengo que hacer un corte vertical y adiós
mundo. si total.... ¿Sabes? No puedo confiar en nadie, nadie se da cuenta de
que estoy mal. Y mi madre.... Ufff como se entere de que lo he vuelto a hacer
esta vez se bebe la botella de ron entera.
Tarareaba su canción, sí, esa de melendi que le había sacado
de tantos agujeros negros.
"Andadas que das por sentadas" resonaba en su
cabeza.... A la vez que perdía el hilo de la melodía empezó a pensar en aquel
día en el que de verdad se sintió querida.
5 de marzo, era un viernes soleado, aunque en el patio hacía
un poco de fresco, ella se encontraba pensando en sus cosas cuando de repente
aquel chico moreno de bachillerato se sentó a su lado y sin mirarla a la cara
le dijo:
"Que los cortes no sean más fuertes que los golpes
pequeña" Se levantó y se fue.
¿Porque sabía que se había cortado? Las pulseras lo tapaban
todo, no pudo dejar de rondarle por la cabeza que todo el mundo se había dado
cuenta y que la iban a llamar la suicida. Pero para su sorpresa aquel chaval no
dijo nada a nadie, y solamente se limitaba a sonreirle cuando se cruzaban en
los pasillos.
¿Cómo lo había notado? .... Sencillamente paró de darle
vueltas y llegó a la conclusión de que él habría pasado por lo mismo, pero como
el lo había superado era todavía un misterio para ella.
Se levanto con sus muñecas doliéndole por los recientes
cortes y fue a por algo de comer a la cocina.
Su madre no estaba ya que trabaja todo el día, todavía le
quedaban 2 horas de libertad.
Se hizo un sándwich y como siempre dio unos mordiscos y lo
dejo de lado. Desde hace mucho tiempo que ella había estado asi, tomando
pequeños bocados de todo lo que comía y después lo dejaba de lado,
prácticamente comía porque sabia que tenia que comer, no porque tuviera
apetito.
_¿¿que los cortes no sean mas fuertes que los golpes?? Venga
ya¡! Dijo tirando a la papelera aquel pedazo de sandwich....
Con la colaboración de: Una adolescente mas y IKari
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